Mediante un sorpresivo tuit, la directora del Fondo Monetario Internacional le comunicó al mundo que abandonaba su histórico puesto con la intención de ocupar la presidencia del Banco Central Europeo. Será suplantada por David Lipton, quien estará en el cargo de manera interina hasta las próximas elecciones de directorio en Octubre.

  "Me gustaría una ley que pueda habilitar la revisión de muchos juicios injustos" dijo la diputada en una entrevista para TN, retomando la discusión sobre la figura de la Obediencia Debida. 


Hoy, viernes 28 de junio, en el Día Internacional del Orgullo LGBT+, la jueza Marta Yungano condenó Mariana Gómez a un año de prisión en suspenso por besarse con su esposa en el espacio público. La medida fue repudiada por diversas organizaciones de Derechos Humanos en todo el país.

Foto de Mariana Leder Kremer/LegüeraProduAcciones

Fernández dijo que "es más que evidente cuan lejos está la Argentina de empezar a crecer si se sigue este camino". El candidato por el Frente de Todos se reunió con Alejandro Werner, un enviado del FMI, en un marco de "absoluto respeto". El organismo internacional está reuniéndose con candidatos a la presidencia. Fernández remarcó que no podemos "exigirle más esfuerzo a nuestro pueblo".

Al menos 20 trabajadores de la empresa fueron secuestrados y torturados en Campo de Mayo.  La mayoría continúan desaparecidos. Muchxs eran activistas laborales. La empresa le entregaba su información a los militares.








Esta información se desprende de la megacausa por los crímenes de lesa humanidad cometidos en los centros clandestinos que funcionaron en Campos de Mayo durante la ultima dictadura cívico-militar.


Según la investigación, los ejecutivos de la compañía dieron información sobre lxs trabajadores a la dictadura. La mayor parte de ellxs luchaban por mejores condiciones laborales y salarios mas justos, algunxs siendo delegadxs de la comisión sindical interna de Mercedes-Benz. La información descubierta expone el estrecho vinculo que habia en aquella época entre el aparato militar y el sector económico privado.


Estos datos claves se desprenden de las declaraciones de testigos vertidas entre el 22 de mayo y el 19 de junio ante el Juzgado Penal Federal Oral No.1 sobre los secuestros y desapariciones de siete trabajadores entre 1976 y 1978, de los cuales seis continúan desparecidos: Alberto Francisco Arenas, Juan José Mosquera, Jorge Alberto Leichner Quilodran, Alberto Gigena, Diego Eustaquio Núñez y Fernando Omar Del Contte.  El único sobreviviente fue Héctor Aníbal Ratto.


Esta no fue la primer vinculación entre Mercedes-Benz y la dictadura cívico-militar. La política económica liberal implementada por los militares benefició de varias maneras a esta empresa, ya sea generando políticas de promoción de inversiones, exenciones fiscales, brindando facilidades de exportación  e incluso absorbiendo el Estado la deuda de la empresa. En 1979, Mercedes-Benz dominaba el 92% del mercado local de colectivos.

Durante la década de 1970, los conflictos laborales aumentaron dentro de la empresa. Los trabajadores expresaron demandas con respecto a los salarios y mejores condiciones de trabajo, y obtuvieron algunas victorias. Sin embargo, con el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, las cosas cambiaron. Al menos 20 trabajadores de Mercedes-Benz fueron víctimas de crímenes de lesa humanidad. De ellos, 15 siguen desaparecidos hasta nuestros días. Esta represión tuvo un profundo impacto en la disciplina de los trabajadores.

Fuente: C.E.L.S.
Un corte masivo de luz por una "falla" en sistema de transporte de energía dejó a casi todo el país a oscuras. También afectó a parte de Uruguay, Paraguay, Brasil y Chile. Se calcula que afectó a más de 50 millones de personas. Desde el gobierno, aún no pueden explicar qué sucedió. 
Fuente: captura de pantalla



En los últimos días, el mundo de la filosofía angloparlante presenció en vivo a uno de los máximos exponentes del ala más conservadora, Ben Shapiro, irse de una entrevista frente a una simple pregunta por parte del entrevistador de la BBC Andrew Neil.

El debate respecto de la legalización o prohibición del aborto,  no es una discusión únicamente argentina, La sociedad norteamericana también está atravesando estos debates en los medios de comunicación. En este sentido, Neil le pregunta a Shapiro qué tiene para decir sobre medidas políticas tomadas por países como Georgia que, siguiendo ideas populares (no en el sentido de "populista" sino como "conocidas") similares a las suyas, hoy condenan a una mujer que aborta a treinta años de prisión, y si aborta en otro país la condenan a diez años. Frente a la pregunta, Shapiro responde "No estoy seguro, francamente, ¿vos sos un periodista objetivo o un periodista de opinión?" y a partir de ese momento, el filósofo ultra-conservador comenzará a pronunciar un cúmulo de palabras rápidamente, haciendo un uso constante de la falacia del hombre de paja y malinterpretando la pregunta de Neil, para culminar intrépidamente la entrevista quitándose el retorno y levantándose del aire. 


Ben Shapiro este año publicó un nuevo libro titulado The Right Side of History: Hoy Reason and Moral Purpose Made the West Great. En este libro, el filósofo propone una nueva forma de analizar la historia, de acuerdo a aquellos países que han seguido o se han alejado de la ley moral cristiana y la ley moral griega. Cuando leí esta revisión, creí necesario traducirla al castellano por cuatro motivos fundamentales: 

  1. el avance de la derecha a escala global: el resurgimiento de la right wing nos exige no pasar más nada por alto y, especialmente, a aquellos argumentos que abusan de "sentidos comunes" para propagarse como el fuego; 
  2. el avance de políticas estatales ancladas en la moral judeocristiana: esto tiene relación con lo anterior, y en Argentina lo comprobamos en el 2018 con el debate por la Interrupción Voluntaria del Embarazo, cuando numerosxs senadorxs y diputadxs se oponían a la ley por razones de índole moral
  3. la ausencia de críticas a Shapiro en nuestro idioma: si buscamos noticias hablando de lo que hizo Shapiro en su entrevista con la BBC, o si buscamos una crítica a su último libro en castellano que sea tan completa como la que presento a continuación, nos daremos cuenta que el material es escaso;
  4. para desarmar esta bomba: este libro tiene pretensión, se nota, de convertirse en una de las referencias fundamentales de los movimientos conservadores y de derecha actuales. Si no lo es ya mismo, lo puede ser en un futuro. Por lo tanto, creo que, como sujetxs críticxs, debemos enfocar todos nuestros esfuerzos en desarmar estos discursos-bombas. Son efectivos, apelan al sentido común y no necesitan mucho análisis, y por esto mismo considero necesario adaptar a nuestro idioma esta revisión fulminante hacia The Right Side of History, porque es completa y hace estallar en mil partes el argumento propuesto por Ben Shapiro. Si nos demoramos, la bomba estallará y tendremos a lxs conservadores de Hispanoamérica citando sus páginas, al igual que ya lo hacen con los libros de Agustín Laje y otros pensadores filósofos de derecha. 

El texto original fue publicado en el portal Quillette y pertenece a Jared Marcel Pollen. Jared Marcel Pollen tiene todos los derechos de autor del mismo, yo solo me dispuse a realizar una traducción de su artículo sin fin alguno de lucro, monetario o económico. A continuación, el artículo de Pollen:

The Right Side of the History: A Review

por Jared Marcel Pollen



En el prólogo de su poema épico Paraíso Perdido, John Milton escribió que la finalidad de su libro era "justificar los caminos de Dios al hombre" ("justify the ways of God to men.") La historia, en otras palabras, sería la dramatización de la teodicea, una pregunta central de la Iluminación que podría demarcar claramente los límites intelectuales y morales entre la moral religiosa tradicional de algunxs pensadores y la ética secular emergente de otrxs. Paraíso Perdido, que fue publicado por primera vez en 1887, anticipó de cierta forma uno de los más grandes problemas filosóficos del siglo XVIII, y su protagonista, Lucifer, es posiblemente su mejor ejemplar. 


Lucifer es el arquetipo de hombre en los años de la modernidad, varado en un vacío sin Dios, de cara al abismo, con su única razón de entenderse a sí mismo y su nueva posición en el orden natural. Milton ideó un retrato de Lucifer como una figura orgullosa y maléfica: su razón fue simplemente un instrumento para racionalizar su odio. Pero ocurrió algo que Milton no esperaba o no pudo prever: su villano se convertiría en el personaje más irresistible de la historia. A pesar de haber realizado sus mejores esfuerzos, en la descripción de Milton, Dios aparece como un tirano y Lucifer demostró ser el más sabio de los dos, socavando inadvertidamente la propia agenda del autor. 

El libro de Ben Shapiro, The Right Side of History: How Reason and Moral Purpose Made the West Great, se basa en gran medida en el concepto de Milton de que el uso de la Razón sola, carente de la ley moral de Dios y la voluntad universal, nos condena a vivir en el abismo. El intento de Shapiro por demostrar que la civilización secular debe reavivar las enseñanzas judeocristianas en las que se basa, inadvertidamente nos muestra por qué tuvimos razón en dejarlas atrás en primer lugar. 

Dibujando sobre un antagonismo primero esbozado por Leo Strauss, Shapiro argumenta que los pilares gemelos de la sociedad occidental son la ley moral judeocristiana y el razonamiento científico griego: Jerusalén y Atenas. Ambos son esenciales para la estructura de nuestra civilización, y la remoción de cualquiera de los pilares la hará colapsar:


La Unión Soviética rechazó los valores judeocristianos y la ley natural griega... y ellos hambrearon y mataron diez millones de seres humanos. Los Nazis rechazaron los valores judeocristianos y la ley natural griega, y empujaron a lxs niñxs dentro de las cámaras de gas.

Esta es la tesis central del libro, lo cual es en muchos aspectos una breve historia de la filosofía occidental. Narrativamente, el libro es poco limpio. Traza líneas claras entre puntos A hacia puntos B entre cada idea y eso es una aprobación. Si vos querés entender cualquier evento histórico o cambio social, todo lo que necesitas hacer es buscar al filósofo cuyas ideas te llevarán allí. La historia de las ideas raramente es tan simple. En este sentido, esto subestima las formas en las que la historia es (usando un término que, supongo, Shapiro odiará) dialéctica. Aún así, Shapiro muestra que su lectura tiene lo mismo de ancho que de profundo. El libro tiene investigaciones impresionantes y completas en los lugares donde desea el autor. Pero pasa por alto sobre otros.

Por ejemplo, para realizar una defensa completa a la necesidad de Jerusalén, Shapiro primer tuvo que armar un argumento para decir que la ética griega por sí sola no es suficiente, a pesar de la abrumadora superioridad de la civilización ateniense sobre cualquier cosa producida en la antigua Judea. Esto requiere un poco de juego retroactivo con el concepto del telos. "Los antiguos", escribe Shapiro, "entendieron que cualquier teoría sobre el telos tiene que basarse en la presencia de un diseñador. Como tales, ellos fueron monoteístas filosóficos, aunque hubo religiosos politeístas". Esta combinación nos permite leer un Movimiento inmóvil o una Voluntad Divina dentro de la filosofía griega, facilitando la fusión entre Razón e investigación científica con la adoración de Dios, cuya voluntad se manifiesta en todas las cosas: si tú quieres conocer a Dios, estudia la naturaleza. Este fue el argumento de Tomás de Aquino, y Shapiro no puede ser culpable por hallarlo agradable (la mayoría de lxs pensadores lo hicieron hasta la Ilustración). 

Esto también permite a Shapiro eludir la obvia hostilidad que mostró la iglesia hacia la investigación intelectual durante siglos. Shapiro escribe como si la iglesia jamás hubiera prohibido un libro o quemado a unx hereje:
Contrario a la opinión popular, los nuevos descubrimientos no siempre fueron vistos como heréticos o peligrosos para el dominio de la Iglesia; de hecho, la Iglesia frecuentemente apoyó la investigación científica. 

La Iglesia era, de hecho, el único lugar donde se podía realizar cualquier tipo de investigación en ese momento. Fue el único lugar donde las personas estaban alfabetizadas y disfrutaban de financiación y acceso constante a los instrumentos. Pero la Iglesia sólo alentó la investigación en la medida en que pudiera reforzar y expandir su propia doctrina, lo que es similar al Estado diciéndote que sos libre para hacer lo que quieras, mientras no critiques al régimen. El primer gran desafío científico para la Iglesia fue el heliocentrismo. Pero Shapiro afirma que esto difícilmente representó un problema: "Nicolás Copérnico estudió en la escuela parroquial y sirvió a la Iglesia de Warmia como asesor médico; su publicación sobre De revolutionibus... en Marzo de 1542, incluía una carta al papa Pablo III".

De hecho, Copérnico terminó su tratado años antes (hay registros que indican que el manuscrito se había completado ya en la década de 1530), pero él lo retuvo, consciente de que su publicación podía poner en peligro su vida, y puso en circulación solo algunas copias anónimas a sus amigxs cercanxs. El libro solo fue publicado en su totalidad en vísperas de la muerte de Copérnico, y la carta al papa, que también era anónima, no fue escrita por Copérnico, sino por Andreas Osiander, un predicador luterano al que se le había encomendado el trabajo de supervisar la publicación del libro. Fue un intento de suavizar el golpe, y afirma, entre otras cosas, que los hallazgos del autor solo tienen la intención de ayudar al cálculo de los cielos, y que ni siquiera deben considerarse verdaderos para que los cálculos sean útiles. 

La Iglesia continuaría defendiendo el modelo geocéntrico por al menos otros 150 años, y no llegaría el perdón oficial para Galileo hasta 1992. De todas maneras, Shapiro afirma que la persecución contra Galileo fue simplemente un movimiento de relaciones públicas de la Iglesia; un intento de quebrar con la disidencia en respuesta a las acusaciones del protentastismo de indulgencia e hipocrecía. El juicio a Galileo también mostró decenas de trabajos astronómicos, incluído De Revolutionibus, ubicado en en la "Lista de libros prohibidos" de la Iglesia (una lista que a través de los años iría acumulando los trabajos de Hobbes, Pascal, Descartes, Bacon, Montaigne, Spinoza, Maimonides, Locke, Monstesquieu, Diderot, Voltarire, Hume, Rousseau, Kant, Bentham, Balzac, Mill, Dumas, Flaubert, e incluso Milton por su "Paraíso Perdido"). Esta lista (que no se completó hasta 1966) es lo suficientemente amplia como para desacreditar el argumento de Shapiro por sí solo. De hecho, fue el refinamiento continuo de la investigación científica y su cambio en el énfasis de celebrar la creación de Dios por un mejoramiento de las condiciones materiales de la humanidad lo que guió a nuestra especie hacia la Iluminación. 

El Lado Derecho de la Historia traza distinciones útiles y perceptivas entre las ideas iluministas francesas, alemanas y anglosajonas, y las líneas buenas y malas. Si el Renacimiento fue el renacimiento intelectual de nuestra especie, entonces el Iluminismo nos mostró que tenemos un gemelo malvado. En su recorrido por los siglos XVIII y XIX, Shapiro agrupa pensadores dentro de los lados luminosos y oscuros del Iluminismo. El lado luminoso consiste en aquellos que mantenían su creencia en la teología y la ley moral judeocristiana, como John Locke, Adam Smith, y los Padres Fundadores. La Declaración de la Independencia, dice Shapiro, es el testamento más completo del concepto judeocristiano de los derechos naturales (que el hombre es hecho libre en la imagen de Dios). Para volver esto lo más convincente posible, Shapiro debe restarle importancia al deísmo de Thomas Jefferson, su desdén por la organización religiosa, su continuo apoyo a la Revolución Francesa ateísta, y su parentesco intelectual con Thomas Paine, quien Shapiro lanza junto a la tensión más oscura. El lado oscuro también incluye a Voltaire, David Hume, Diderot, y Rousseau. Fue el materialismo radical anti-teológico de esos pensadores, sostiene él, y su aseveración ateísta de que no existen derechos que provengan de Dios, lo que culminó en el terror y la sangre de la Revolución Francesa. 

De hecho, la profanación de iglesias y la ejecución de clérigos se encuentran entre los episodios más vergonzosos del anti-ateísmo durante la Revolución Francesa, y ellos no pueden ser evadidos. De todas formas, no deberíamos permitir que Shapiro continúe afirmando que la Revolución Francesa fracasó porque exaltó la Razón por encima de todo lo demás. Escribiendo sobre la creación del Culto a la Razón, él dice:
Los franceses fueron a celebrar el Festival de la Razón. Este festival mostró a las iglesias a lo largo de Francia convertidas en Templos a la Razón, con el templo principal siendo la catedral en Notre Dame. Allí, lxs músicxs de la Guardia Nacional interpretaron el himno a la Libertad… y la llama de la diosa de la Razón ardió en el altar griego. 
El Culto a la Razón fue ciertamente grotesco, pero no a causa de la Razón -el Culto a la Razón fue grotesco porque fue un culto. Templos, himnos, púlpitos, diosas: estas son las trampas de la religión organizada, no del método científico. Lo mismo puede ser dicho acerca del totalitarismo. Shapiro repite fielmente el agotador argumento de que el fascismo fue un fenómeno ateísta, el producto de la creencia impía en la Razón: “Lxs Nazis rechazaron los valores judeocristianos y la ley natural griega, y ellos empujaron a lxs niñxs a las cámaras de gas,”, un argumento que no reconoce la larga promoción del antisemitismo por parte de la Iglesia. 

También nos han dicho que “Hitler reclamó sus antecesores ideológicos en Kant, Hegel y Nietzche”. Sin embargo, vale la pena señalar que la mayoría de las personas que vestían el uniforme de la Werhmacht eran miembros documentados de una iglesia u otra, y tenían inscripto en sus hebillas “Gott Mit Uns” (Dios con nosotros”). Tampoco debemos olvidar que el Vaticano firmó tratados con la Alemania Nazi y el Partido Nacional Fascista Italiano, y mientras Hitler quizás estuvo influenciado por Nietszche, su nombre no aparece ni siquiera una vez en Mein Kampf. Igualmente, Hitler incluyó lo siguiente: “Y yo creo en el día en que mi conducta esté en concordancia con la voluntad del Creador Todopoderoso. En permanente guardia contra el Judío estoy defendiendo la obra del Señor.” Subrayando todo esto está el concepto religioso del totalitarismo: que la voluntad de un hombre, la fuente de todo poder y autoridad, debe ser adorada y respetada así como impregna la estructura total de la sociedad. 

Todo lo anterior informa la caracterización errónea más amplia de la Razón en El Lado Derecho de la Historia, que sostiene que a) la Razón por sí sola no puede configurar valores; y b) creer esto puede equivaler a un acto de fe, que simplemente confirma nuestra creencia no reconocida en la ley moral judeocristiana. Shapiro es lo suficientemente honesto intelectualmente para darse cuenta que debe atravesar el Imperativo Categórico de Kant para trazar su argumento. Él reconoce esto, mientras que el sistema ético kantiano es impresionante, se queda corto en algunas áreas, el ejemplo más obvio es que Kant no hizo lugar para la moral situacional. Esto tampoco puede escapar por completo a la subjetividad. Shapiro, por lo tanto, no puede apoyar la idea de que la Razón puede producir un buen argumento en todos los casos. Si somos capaces de determinar nuestros objetivos mediante la Razón y entonces defenderlos como si fueran una ley universal, dice Shapiro, ¿qué me impide hacer lo que quiero y justificarlo como objetivamente correcto? ¿quién puede decir lo contrario?

Lo que falta es el supuesto básico de Kant: que la capacidad de razonar está dentro de todxs nosotrxs; podemos colocar a cualquier persona en un dilema moral idéntico, y no solo esa persona sería capaz de razonar qué es lo correcto, sino que también es capaz de razonar que, si otra persona se colocara en la misma situación, harían lo mismo. Es precisamente esta capacidad la que nos permite defender el valor universal de una manera que es objetiva en el mejor de los casos e inter-subjetiva en el peor. Es este proceso autoconsciente lo que genera la dimensión ética de nuestra existencia, y en este proceso, somos capaces de asignar valores, en la medida en que cualquier cosa sea valiosa para algo. Esto no es perfecto, pero ha servido bien a la humanidad a pesar de sus limitaciones. 

Y ninguno de estos requiere a la fe. Como han señalado Thomas Nagel y Sam Harris, para decir que uno “cree en la Razón” es usar dos palabras reiterativamente. La Razón, debidamente practicada, es indiscutible. Si alguien se te presenta con un argumento basado en pruebas sólidas, sos incapaz de negarlo, a menos que elijas analizarlo obstinadamente. Esto no requiere de la fe. Si funciona, la prueba está en los resultados. Lo único que exige es confianza en nuestros semejantes, y la confianza en que podemos distinguir lo correcto de lo incorrecto sin una autoridad supervisora eterna. Este es el punto a donde Shapiro no puede llegar. La declaración: “El genocidio está mal porque obviamente lo está”, no es lo suficientemente buena para él. Para él, lo que es obvio se basa en una base, establecida por primera vez en el Sinaí hace 3000 años, y no importa cuán lejos deseamos alejarnos de la montaña, siempre estará a la vista.

Para Shapiro, lo que es “obvio” para nosotrxs, es únicamente obvio porque alguna vez nos dijeron que así era. En una conversación con Sam Harris en 2018, Shapiro dijo (y estoy parafraseando): “Vos estás usando mis ladrillos para construir tus argumentos”. En otras palabras, si hay una explicación para la moralidad del mundo secular, es que las personas no se dan cuenta cuán inconscientemente religiosas son actualmente. Este reclamo persistentemente molesto es infalsificable. Pero, como dijo Karl Popper, la falsificabilidad de un argumento es su mayor fortaleza, no una debilidad. 

A lo largo de El Lado Derecho de la Historia, Shapiro realiza un buen trabajo al refutar la afirmación de que el Iluminismo surgió de la nada (que todxs fuimos simios supersticiosos hasta el día en que no lo fuimos), en el siglo XVIII y XIX, al punto en que nos secularizamos y todo se hizo grande para la humanidad. Esta es una descripción inmadura de la historia intelectual, sin duda. Pero la afirmación de que la Ilustración no podría haber ocurrido sin Jerusalén todavía deja a Shapiro con mucho trabajo por hacer. Él no está dispuesto a admitir que lo que ocurrió en la península del Sinaí fue una codificación de un sentido moral que ya existía dentro de nosotrxs. No requiere fe, sólo requiere a la Razón para suponer que lxs hebreos nunca hubieran llegado a la montaña si en primer lugar hubieran creído que el asesinato, el robo y el perjurio eran aceptables. No podés tenerlo de cualquier manera. Si vos creés que el Iluminismo no surgió de un vacío, entonces lo mismo debe ser cierto de la sabiduría que se dice que se transmitió en el Sinaí. 

Pronto llegará el tiempo en donde una neurociencia más sofisticada hará que los argumentos de moralidad y libre albedrío sean efectivamente nulos. De hecho, lo que ya estamos aprendiendo sobre el cerebro sugiere que nuestro uso de la razón es mucho más instrumental de lo que creemos. Nosotrxs como especie debemos estar preparadxs para la posibilidad de que muchas de las suposiciones operativas en las que nos hemos basado durante siglos sean ficciones. Desde su ascenso, la humanidad ha vivido de acuerdo con las ficciones que ha creado para sí misma. Todxs creemos en las ficciones. Ningunx de nosotrxs está exentx. Los ladrillos no le pertenecen a nadie. Y la casa que estamos construyendo es para todxs nosotrxs. Una buena estrategia sería que reduzcamos la cantidad de residuos que debemos cubrir para erigirla. 

Jared Marcel Pollen nació en Canadá. Su trabajo ha aparecido en 3:AM Magazine, The Millions, Bright Lights Film Journal y Political Animal. Su colección de historias, The Unified Field of Loneliness, está disponible en Crowsnest Books. Actualmente vive en Praga. 


Tengo una sensación interior que se repite desde las últimas elecciones presidenciales: siento una total y completa ausencia de generación de nuevos cuadros políticos.

Cuando Cristina puso a Scioli como candidato, pensé "bueno, ahora tenemos cuatro años para que surja un nuevo candidato". Pasaron algo más de tres años y todavía seguimos colgadxs del manto de mamá Cristina.

La discusión y debate por la ILE permitió que surgiesen diversos cuadros desde todas las perspectivas del arco político argentino. Desde Lospennato, a Monzó y Ofelia, han sido personas que marcaron esa etapa política del país. Pero ninguna de esas figuras trascendió al escenario político del 2019, al menos en los altos cargos del ejecutivo.

Hoy se vota en Córdoba. Y aún siento esa falta de representatividad, la ausencia total de unx candidatx joven, cuyas ideas no sean solo progresistas sino también revolucionarias. En cambio, hoy todo lo que tenemos son cuadros viejos, gastados, como esa bici de tu abuelo que en su momento fue buena pero hoy ya no se banca 100 km. Y con esto no me refiero solo a la salud del favorito a gobernador de la provincia sino a toda una serie de personajes que se vienen repitiendo año a año, que en momentos de elecciones parecen tener la solución a todos los problemas actuales. Pero esas figuritas ya las conocemos, las manoseamos mucho y han perdido el pegamento. Están ajeadas. En este álbum de película con ínfulas de thriller y final de terror que es la política argentina, nos quedan varios espacios vacíos sin completar. Mientras tanto, en los sobres se siguen repitiendo una y otra y otra vez la misma figurita de siempre, aunque a veces viene una nueva pero no es la que queremos y al poco tiempo se nos va la emoción.

También hay figuritas que no traen pegamento, entonces no las podemos pegar a la base, como una izquierda "de los trabajadores" que, justamente, es repudiada por los y las trabajadoras y trabajadores. Este año tocó la nueva figurita de Luciana Echeverría, lo que al principio me provocó gran emoción por ser un cuadro joven y feminista, pero al ver que en esa parte de la película ella termina en un choque frontal contra Schiaretti, me embargó nuevamente la monotonía y el aburrimiento. El personaje de Luciana mejoró mucho su propaganda, ahora se nota un aumento de inversión en comunicación, pero me sigo preguntando por qué cuesta tanto lograr esa conexión con el sector trabajador ¿será que a la izquierda le costó incorporarse en la nueva maquinaria digital? ¿Será la terminología usada por sus postulantes, que no tiene significación alguna por fuera de su núcleo duro y que suena a afiche de los años 60s? ¿O será que su núcleo de votantes en realidad, no son trabajadores, y que hace veinte años que le vienen errando al receptor de sus campañas? Hay muchas preguntas que la izquierda se viene postergando a sí misma hace, como mínimo, dos décadas. 

Por otro lado, está la gran figurita ausente, esa que esperábamos encontrar si o si. Compramos varios sobres y desde la fábrica nos dijeron que la seguían poniendo. Pero a la hora nos llaman y una voz de operadora, fría y maquinaria, nos avisa que, finalmente, este año no podremos tener en nuestras manos a esa figurita. Y por supuesto que estoy hablando de Carro y Unidad Ciudadana (UC). Todavía no entiendo qué fue ese acto de apertura de campaña y la bajada de lista a los dos días siguientes: ¿Falta de comunicación entre nación y provincia? ¿acuerdos de último momento entre Schiaretti y Cristina Fernández? Algunxs kirchneristas dicen que Carro "se dio cuenta" y evitó lo evitable: darle un triunfo discursivo a Maurio Macri. Si bien concuerdo con la decisión de UC en Córdoba, espero que ese "darse cuenta" incluya también una autocrítica sobre las acciones realizadas en nuestra provincia. 

Si bien se dice que Córdoba es más conservadora, ¿cómo puede ser hace veinte años venimos votando lo mismo y continuamos con las mismas falencias estructurales?

Tampoco podemos pasar por alto que partidos históricamente minúsculos de la extrema derecha, como Encuentro Vecinal Córdoba con el director de Portal de Belén, García Elorrio, hayan obtenido los votos suficientes como para ubicarse en un cuarto puesto. Viendo lo ocurrido en Brasil y en Estados Unidos, no podemos dejar de mirar con atención como van creciendo el caudal de partidos ultra-conservadores y/o liberales de derecha. El crecimiento de popularidad de la derecha en Argentina en los últimos años merece una entrada aparte.

Mientras tanto, el radicalismo y el peronismo de derecha continùan siendo las figuritas de siempre. Nos cansamos de quejarnos de los problemas de la ciudad, que la luz de la calle, que el precio de los servicios, que la recolección de basura, el estado de los hospitales públicos, el pésimo estado de los colectivos, la hostilidad hacia las personas negras, pobres, gays, lesbianas, transexuales, mujeres, menores de edad, y un largo, larguísimo, etcétera, de cuestiones que hace décadas quedan por resolver en nuestra provincia. 

Y con esto no quiero decir que el gobierno de Schiaretti no tuvo nada de positivo, pero frente a las pocas cosas que realizó bien como ser el Boleto Educativo Gratuito para estudiantes, docentes, obrerxs y jubiladxs o el Plan Primer Paso para introducir a jóvenes en el sector laboral, los gobiernos que han pasado por el manejo de la provincia y de la  intendencia han dejado mas problemas irresueltos que las soluciones que trajeron a estos territorios. 

Hoy abrimos el sobre de figuritas nuevamente y (casi) nada nos sorprende. Fue lo que esperábamos, las caras de siempre en el lugar de siempre. ¿Seguiremos con los problemas de siempre?

La pregunta que me queda en la cabeza es qué hacemos con el álbum de figuritas: ¿cómo rellenamos los casilleros que nos faltan? ¿qué puedo hacer yo, como parte de la ciudadanía, para generar un cambio en las figuritas de siempre? ¿quemamos el álbum o nos conformamos con las figuritas que nos toquen?

Hace algunos meses donde pienso que la solución, la verdadera solución, es agarrar un lápiz y dibujar nuestras propias figuritas. Quizás no sea lo mejor, pero es la única salida temporal. Y sintiendo este hastío de repetir hasta vomitar las mismas figuritas de siempre, y sabiendo que esto no me pasa únicamente a mi sino a varias personas jóvenes, cuyos futuros están en manos de estos gigantes, leo a Michele Foucault -que siempre tiene algo para decirme- y siento un viento de aire fresco:

"hay poblaciones enteras que se vuelven inestables, que se ponen en movimiento, en búsqueda, fuera del vocabulario y las estructuras de costumbres. Es una... no me atrevo a decir revolución cultura, pero sin duda una movilización cultural. Políticamente irrecuperable: se siente que en ningún momento el problema para ellos cambiaría si hubiese un cambio de gobierno. Y eso me alegra".
Este microrrelato es la continuación de "Plan sin fisuras", un relato escrito por Wild Wise. Es necesario leer antes aquella historia para continuar con esta.
"Nómbrame" es presentado para   la entrega de Marzo en el desafío de escritura creativa creado por Stilby y Katty, el OrigiReto2019. Además de cumplir con lo pedido por microrrelato, agrega un texto más para conseguir la medalla de Verborrea Interminable
: 6 de tus escritos (relatos o micros) deben estar en primera persona y al menos dos de ellos en presente.
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He huido hace tres días de la jaula ¡Por el amor de Óscar Wilde! No sé cuánto mas podría vivir en estas alcantarillas.
Oh, mi amado Nicolás, no regreses nunca a estas tierras. Te lo ruego con cada milímetro de cable que forman mis venas. Aquí la humanidad ha enloquecido. Ya no existen nuevos Proust, ni Van Goghs, ni Choplins o Mozarts. Han perdido toda mínima emoción, oh Nicolás, estoy viviendo un infierno dantesco... Nos están encerrando por ser seres más sensibles que ellos. Toda muestra de afecto o amor, toda creación aquí es condenada con el exilio en la jaula. Estuve encerrado mucho tiempo, alimentándome de esta abismal soledad.
Bello y perfecto Nicolás... Mi brazo dice que soy Ω144 y me siento mas ajeno a mi cuerpo que nunca. El día en que caiga de nuevo entre tus brazos no seré este frío pedazo de metal blanco. Esta herida que corroe mi pecho hallará su cura sólo al escuchar mi nombre salir de tus labios.
Pero, por favor. No regreses.
Te adora siempre
Julio.



18 de Febrero de 2004
- No lo puedo creer, la puta madre. ¡Se va a meter en esa carrera llena de zurdos de mierda!

Bueno, comenzar tu día sabiendo que opina tu padre respecto a tu carrera puede ser algo alentador a veces, ¿no? Entro al living silenciosamente. Me miraron, seguro se dieron cuenta que lxs escuché. Anoche, después de cenar, le conté a mi viejo y a mi vieja que voy a estudiar Antropología en la UNC. Mi viejo quizo decir algo, me di cuenta porque mamá le agarró la mano, como callándolo. Creo que ya se la veían venir, me da igual. Me preparé un café y cuatro tostadas. Sólo pude decir "buen día", porque toda la buena onda que tenía quedó en la almohada. Las palabras no salían de mi boca, no fluían dentro de mi cabeza, mi diálogo interno solo variaba entre "quiero desayunar e irme a la mierda" y "espero no haberme equivocado de carrera". Termino el desayuno, me preparo y salgo a la calle. Hoy voy a inscribirme en la Universidad. Días mas adelante, me daría cuenta por qué odiaba a las carreras como la mía. Pero ya todo sería distinto. 

Tomé el 62. Luego debería haber tomado el 66 o el 18, pero como era un día fresco en medio de verano, me bajé en la San Jerónimo y aproveché para caminar un poco y descargar el enojo que llevaba. Subí hasta Ciudad Universitaria por Obispo Salguero y doblé por el zoológico. La ciudad estaba bastante tranquila. No había protestas, ni atascamientos de autos. Poca gente para ser mitad de febrero, la verdad.

Cuando llegué a la Facultad de Filosofía y Humanidades, me pareció uno de los lugares más lindos en los que había estado.Se notaba entre las personas un trato muy amistoso. Unas personas tomaban mate, sentadas en el suelo, conversando entre sí. Era la primera vez que estaba en la Universidad, yo esperaba algo mas formal y serio. Pero para mi suerte, acá todo parecía compañerismo. Esto se parecía a una hogar. Fui al despacho, entregué los papeles y sellaron mi libreta. Ahora era, oficialmente, una estudiante mas. Las clases comienzan la semana que viene, por lo que me queda poco tiempo para mis últimas vacaciones en varios meses, 

Cuando termine los trámites, no quería volver a casa. En realidad, no es mi casa. Es la casa de mis padres. Yo recién llegaba. Me crié con mis abuelos maternos, en pleno campo, al interior de Córdoba. Fui a una escuela rural, donde nada de lo que me enseñaron me interesaba. Pero en algunas tardes, me escapaba de casa en bicicleta hasta la biblioteca del pueblo, y ahí leía sin parar sobre Filosofía, Historia, Antropología y Sociología. Antes del anochecer, regresaba. Con ellxs me llevaba bien, pero a veces mis tardes eran consumidas por las tareas que imponía el gran jardín familiar. Si no me iba cuando mi abuela estaba dormida, ya no podía salir de casa hasta el día siguiente porque quería que la vea tejer sus eternos buzos de lana. Me llevaron a la casa de mis abuelxs a mis 5 años, por eso el viaje hasta la capital cordobesa se me hizo tan difícil. Ese colectivo implicó dejar atrás mi infancia y adolescencia, fue un boleto directo a la adultés.. 

Pero en la casa de mis padres, era peor que con mis abuelxs.  A mis padres no lxs conocía mucho, ya que me dejaron allá y me veían una o dos veces por año y en las vacaciones. Los primeros días en capital me dí cuenta lo grande que estaban, La casa era un infierno casi todo el día. Mi viejo, militar jubilado, se la pasaba dando órdenes como, supongo, las daba en el ejército. Mi vieja lo odiaba y se lo hacía saber, pero al final terminaba cumpliendo con sus indicativas. A veces, mi vieja decía que si tuviese treinta años no lo dudaría y se iría a la mierda de casa. 

Entonces ese día de inscripción en la universidad, decidí también volver caminando gran parte del trayecto por el bosque. Pero cuando pasé por el Super Park, un parque de diversiones que está como metido en el bosque frente al zoológico, sentí algo extraño. Como si ya hubiese estado en ese lugar, como si ya conociera la entrada de piedra, las rejas que forman el arco de hierro sobre la entrada y el carro de algodón de azúcar en la puerta. Pero no, nunca había estado ahí antes. Toda mi vida transcurrió  en el pueblo de mis abuelos. Aquella noche se lo comenté a mis viejxs. La respuesta de mi papá fue la que esperaba:

- ¿Y vos QUE MIERDA hacías ahí, me podés explicar? Si vas a estudiar, vas a estudiar. Nada de perder el tiempo. Tu único deber es estudiar, no te olvides. De la facultad, a la casa. 

19 de FEBRERO

Hoy, cuando me desperté, escuché a mi viejo gritando. "Este tuerto de mierda. ¡No lo puedo creer! Yo sabía que estos zurdos seguían operando desde las alcantarillas." Fui a desayunar. El humor, abajo, era del peor. Mi viejo hablaba por teléfono con su abogado. Mi vieja ya tejía mientras veía una película. Sabíamos que cuando mi viejo se ponía mal, era mejor alejarse o la ligabas vos también. Cuando terminé de preparar mi café, él ya se había ido. En la mesa estaba el periódico La Nación de hoy. Lo metí en mi mochila y fui de nuevo al Super Park. 

Cuando llegué, era el mismo panorama de siempre. El carro del algodón de azúcar, las rejas recién abiertas y en el centro el puesto de tickets y fichas. Me senté en un banco cerca de la laguna artificial. Ahí casi no había niñxs, pero me puse los auriculares para tapar el murmullo. Abrí el diario. La noticia principal decía "Kirchner apela a un decreto para forzar los juicios contra militares. Más presión sobre la Corte y el Congreso". La nota contaba cómo el nuevo presidente quería impulsar un juicio contra militares por haber cometido "crímenes de lesa humanidad". Esta es la primera vez que veo a mi viejo preocupado por algo de su trabajo. Él fue militar cuando yo era muy chica, hasta mis cuatro o cinco años más o menos. Nunca nos hablaba de su trabajo. La noticia daba unos años, entre 1976 y 1983. A pesar de que lei varios libros de historia universal en la biblioteca de mi pueblo, nunca había escuchado estos térmInos. Me sentía demasiado ignorante para estar por entrar a la universidad. En mi cuaderno, anoté tres cosas a indagar: "dictadura 1973-1978", "crímenes de lesa humanidad" y "genocidio de Estado". No sabía qué significaban esas cosas, pero por la reacción de mi viejo esta mañana, se que eran malas, al menos para él.

Después de ojear otras noticias de ese día, me fui hasta un cyber, para buscar mis respuestas en Internet.  Lo primero que busqué, era por lo que se culpaba a los militares: crímenes de lesa humanidad. Cuando obtuve la respuesta, estaba atónita. Eran "actos calificados como asesinato, exterminio, esclavitud, deportación, encarcelamiento u otra privación grave de la libertad física en violación de los derechos humanos fundamentales y las normas del derecho internacional"

¿Y si mi viejo mató a alguien?

La pregunta retumbaba una y otra vez en mi cabeza. No puedo asegurar si la pensé o la pronuncié en voz alta. Durante una fracción de segundo, me estremecí al imaginar a mi padre, a mi viejo, disparándole a alguien por la espalda, o torturando a personas con una picana. Pero antes de seguir atormentándome en mi imaginación, continué la búsqueda de respuestas. Así fue como me enteré que en Argentina, apenas unos años antes de que yo naciera, los militares sacaron al presidente que había y tomaron ellos mismos el poder, mediante la violencia. Su último gobierno, del cual yo supongo que mi padre formó parte, fue entre 1976 y 1983, dejó un saldo de treinta mil personas desaparecidas, torturadas, abusadas y asesinadas por el Estado. También hubo personas embarazadas cuyes hijes fueron robades por el Estado y entregades a familiares o amigues de los militares. 

¿Y si mi viejo mató a alguien? 

Poco a poco, otra sombra comenzó a crecer en mi interior. Volví a casa. Cerré la puerta de mi cuarto con llave. Busqué en el baúl de los recuerdos mis fotos más antiguas. Estaba en la falda de mi madre, soplando las dos velitas de mi segundo natalicio. Mi padre, al lado, con su porte tan militar, tan correcto y estructurado.  ¿Por qué no había fotos de mi nacimiento y mi primer año? Pero, quizás lo que más me intrigaba, era por qué me sentía tan ajena a mi familia. En esa foto, con dos años, me veía tan perdida como ahora, con la mirada en el horizonte, como si no perteneciera al cuadro. Ahora  de joven, no me identificaba con ninguno de mis padres. Me miraba en espejo durante horas, pero no encontraba nada. Ni la frente gigante de mi viejo, ni la nariz delicada de mi vieja. Ni el porte militar de mi viejo, ni la sobria elegancia de mi vieja. Nada.

20 de Febrero
Esta madrugada, mientras el resto de la casa estaba durmiendo, busqué en el Cajón de Papeles Importantes mi certificado de nacimiento. Estaba ahí, junto a los de mi familia. Observé sus datos. Nada raro. Abrí mi cuaderno, Una de las anotaciones decía


SI TENÉS DUDAS SOBRE TU ORIGEN O 

IDENTIDAD Y NACISTE ENTRE 1976 Y 1983 

LLAMANOS (0351)421-4408 

                                                                                                    Abuelas de Plaza de Mayo

Era un aviso que encontré cuando busqué sobre la última dictadura. Las Abuelas eran un grupo de mujeres que buscaban a sus hijes y nietes desaparecides. Estuve todo el día pensando en esto. Mucho tiempo, en una de mis voces interiores más ocultas y profundas, me preguntaba si yo no era adoptada. Pero ahora, esta voz se amplificó y se hizo mucho más oscura y densa.

¿Y si yo soy hija de une desaparecide? ¿Y si mi viejo, o mi vieja, fue une de eses treinta mil? 

Tenía mucha bronca, con mi padre en mayor parte, por haberme ocultado todo esto. Ahora entiendo que, quizás, me llevaron al campo por esta razón. Yo nací el 2 de marzo de 1981, soy hija de un militar de alto rango y tengo serias dudas de mi identidad. Motivos suficiente para llamar, pensé. Llamé y el teléfono sonó dos veces, entonces desistí a mi impulso.

24 de Febrero
Hoy fui a la facultad. De regreso, en una librería, me compré "El Vuelo", de Horacio Verbitski, donde relata como eran "los vuelos de la muerte" durante la dictadura. Me fui a leer a la parque de diversiones.

26 de Febrero 
Después de la facultad, vine al Super Park a seguir leyendo El Vuelo. La mujer que vende fichas se me acercó. Me preguntó cómo estaba, por qué iba allí tan seguido. "Este lugar tiene algo especial", le respondí. No sabía qué, pero algo tenía. Se llamaba Sonia. "Es la primera vez que voy a contar esto" me dijo. "Veo que estás leyendo El Vuelo...". Hizo una pausa, buscando las palabras en su cabeza.  "Esto, en los 80s, fue un centro clandestino. Ahí, señaló, había una habitación de chapa. Todo esto era un bosque enorme. En la piecita torturaban a los que encontraban por acá. Después los llevaban a otro lado. Acá también separaban a las madres de sus bebés, o las hacían parir en ese cubículo, sin ayuda médica... en condiciones inhumanas". Su voz estaba a punto de quebrarse. "Ahí vuelvo", dijo como sacudiéndose.

Sonia traía un sobre  con fotos de desaparecides de Córdoba, de sus hijxs y posibles rostros a los diez años. Cuando me pasó la quinta foto, me reconocí en el acto. Ella me miró y sólo pudo abrazarme. Ni siquiera pude llorar. No había palabras.. Ahora entendí por qué el Super Park me parecía conocido. Porque yo nací acá. Era otra nieta más. Por fin, me voy acercando a mi origen. Y quiero venganza









Este escrito se enlaza con el de @Erica Fortuny  Leer ese relato previo a leer este texto.

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Primero fue la luz. Una luz blanca. Mi vista enceguecida. Me duele la cabeza, no entiendo donde estoy. A mi alrededor solo hay almohadones blancos. Al poco caigo de que estoy en un manicomio, adentro de la granja de humanos. La luz ingresa por una alta ventana. Aún no me he muerto.

Palpando la suave pared, encuentro una puerta. Empujo y se abre. Me asomo al pasillo en forma de L. En donde estoy yo, es el lado más pequeño, donde hay cuatro puertas, dos de cada lado. 

-Hola, ¿hay alguien ahí?

Camino despacio. Todas las habitaciones parecen vacías. No escucho respuesta alguna. Giro hacia la izquierda, por el pasillo principal. Repito la pregunta. Ninguna voz. Miro por la ventana del final del largo pasillo. Afuera todo es destrucción. Una horda de zombies caminan alrededor del instituto. Pánico. Corro a la entrada principal y cierro las rejas con candado. Las bestias me vieron y vienen por mi. Giro mi cabeza hacia la sala del guardia y veo sangre en la pared: mi vida está sentenciada.